El pasado 9 de noviembre se celebraron 18 años de la caída del muro de Berlín. Fue un acontecimiento histórico que marcó un antes y un después, y que muchos alemanes, europeos y ciudadanos del mundo nunca podrán olvidar.
Lamento nuevamente que muy pocos medios españoles hayan tenido la consideración de mencionar este aniversario; el diario Público lo relata en la noticia El Muro que dividió Europa.
El origen del muro de Berlin se encuentra en el final de la Segunda Guerra Mundial. Las fuerzas aliadas se repartieron la deteriorada Alemania de la postguerra en cuatro sectores: británico, francés, estadounidense y soviético. Asimismo, dividieron en sectores Berlín, en cualidad de capital, y dado que de no haberlo hecho, hubiera pertenecido en su totalidad al sector soviético.
El crecimiento de la tensión generada por la Guerra Fría llevó a franceses, británicos y estadounidenses a constituir la República Federal Alemana (BRD) en 1949, excluyendo al sector soviético, que constituyó la República Democrática Alemana (DDR). El bloque occidental se desarrolló como un país capitalista con una economía de mercado social, mientras que el bloque oriental se desarrolló como un gobierno comunista cercano a la Unión Soviética.
A pesar de que la DDR gozaba de una buena salud económica (especialmente en comparación con los demás países del bloque soviético), el fortísimo crecimeinto económico a partir de la década de los 50 en la Alemania oeste (el Wirtschaftswunder) hizo que los ciudadanos del este miraran hacia sus vecinos occidentales hasta el punto de emigrar.
Para evitar dicha emigración hacia el oeste, la DDR empezó en 1961 la construcción de un muro a lo largo de la frontera del bloque soviético, que impediría el paso de personas en ambos sentidos durante casi 30 años.
Una ancha franja fortificada, minada y vigilada por soldados de la Stasi, la Todesstreife (franja de la muerte) defendía el muro, y lo hacía impenetrable, hasta el punto que algunos perdieron la vida intentando cruzarlo. Aquí se puede encontrar otra fotografía de dicha franja. En la fotografía de la izquierda se puede ver el muro y la Todesstreife desde Berlín oeste.
El origen del curso de eventos que propició la caída del muro se encuentra en Hungría, que, por aquél entonces todavía comunista, decidió en agosto de 1989 abrir sus fronteras con Austria. Ese hecho provocó que muchos habitantes de la República Democrática Alemana huyeran a occidente a través de Hungría (los ciudadanos del este tenían libre circulación entre los países del bloque comunista, y prohibido el acceso a los países occidentales). Aunque la DDR consiguió que Hungría cerrase nuevamente las fronteras, en octubre de ese mismo año hubo manifestaciones multitudinarias contra el gobierno de Alemania del este, que provocaron la dimisión del entonces líder Erich Honecker. Le sucedió Egon Krenz el mismo octubre, y en noviembre se repitieron las manifestaciones multitudinarias en Alexanderplatz. A través de un acuerdo con Checoslovaquia, Egon Krenz permitió que refugiados migraran hacia el oeste a través de sus fronteras. El 9 de noviembre de 1989 decidió que se abrirían las fronteras en la frontera interior alemana, incluídos los controles fronterizos de Berlin. El ministro de propaganda de la DDR, Günter Schabowski, fue el encargado de dar la noticia el mismo 9 de noviembre, con el siguiente discurso:
Privatreisen nach dem Ausland können ohne Vorliegen von Voraussetzungen (Reiseanlässe und Verwandtschaftsverhältnisse) beantragt werden. Die Genehmigungen werden kurzfristig erteilt. Ständige Ausreisen können über alle Grenzübergangsstellen der DDR zur BRD beziehungsweise zu Berlin (West) erfolgen
"Los viajes privados al extranjero pueden pedirse sin condiciones (pasaportes y conexiones familiares). Se dará permiso instantáneamente. Los desplazamientos permanentes pueden realizarse a través de todos los controles fronterizos de la DDR hacia la BRD o Berlin oeste"
Lo que quizá fue el desencadenante de los inolvidables hechos de aquella noche fue la respuesta de Schabowski a la pregunta de un periodista referente al momento en el cual entrarían dichas condiciones en vigor:
Das tritt nach meiner Kenntnis… ist das sofort, unverzüglich.
"Por lo que yo se... ahora, immediatamente".
Se equivocó. La medida entraba en vigor al día siguiente, el 10 de noviembre de 1989, ya que se requería tiempo para comunicar la noticia a los vigilantes fronterizos. Pero ya era demasiado tarde. Aquellas palabras habían sido transmitidas en directo por la televisión de Alemania del este, y miles de ciudadanos salieron a la calle para cruzar hacia el oeste.
Los soldados que vigilaban la frontera quedaron atónitos ante tal avalancha de gente; nadie, ni ellos ni sus superiores fueron capaces de dar órdenes de disparar contra aquellos que pretendían cruzar la frontera. Durante aquella noche mágica hubo que agradecer precisamente eso: todo se desarrolló sin ningún tipo de violencia, no se evitó lo que ya era imparable.
También durante aquella noche muchos ciudadanos de la DDR se reunieron para celebrar el hecho cantando La Internacional, pensando quizá que su país tenía vida todavía para muchos años.
Al día siguiente todo el mundo pudo ver las imágenes de alegría de los berlineses del este y del oeste, de gente bailando encima del muro, de reencuentros de familias partidas por aquella barrera de hormigón.
La caída del muro no sólamente significó el fin de la Guerra Fría, también supuso el inicio del fin de la Union Soviética, que acabaría colapsándose en 1991. Con la caída del muro empezó el proceso de reunificación alemana, que se daría por terminado en octubre de 1990; sin embargo, las diferencias económicas y sobre todo culturales entre este y oeste perduraron durante mucho tiempo, e incluso hoy día son perceptibles algunas diferencias. En la DDR no había lujos, pero tampoco había paro, y todo el mundo tenía para comer y cubrir sus necesidades básicas; los alemanes del este vieron con la caída del muro una culpabilización de los valores en los que habían creído toda la vida.
Alguien fotografió esta porción del muro, quizá sin saber lo poco que le quedaba de estar en pie. Se puede leer la inscripción Irgendwann fällt jede Mauer, "eventualmente todos los muros caen". Qué tendrá que pasar para que nos demos cuenta de tal certeza.
Fotos por: Frederik Ramm, Thierry Noir, 52 pickup
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment