Este post es un homenaje a los ingenieros. A nuestra forma particular de ver la vida, al prisma que nos hace ver la vida como un reto. Y sólo está basado en una anécdota muy simple.
El ejercicio en cuestión era por parejas; cada uno tenía un texto distinto al del otro, y se trataba de leerlos en voz alta, de manera que cada uno tenía que entender el texto que no leía. Vaya, lo que sería esto.
Por la manera en cómo habíamos llegado a la clase, estábamos distribuídos en la mesa (son mesas hexagonales) de forma no alternada, y no se podía dar el caso que dos alumnos con el mismo texto se sentaran al lado, porque entonces el ejercicio no funciona.
Sebastian (el profesor) pidió a tres personas de la mesa que cambiaran de sitio dentro de la mesa para así conseguir estar alternados. Y entonces fue cuando una chica, que es arquitecta, sentenció:
"Se podía haber resuelto con un movimiento".
Ole, ole, y ole. Ahí se ve la diferencia entre ciencias y letras ;)
Sí que se ve sí... yo jamás seré capaz de hacer un comentario de ese tipo. Ni de saber a qué movimiento se refiere. Muy probablemente ni hubiera entendido el comentario.
ReplyDeleteGracias Alex por acercar este tipo de cosas a mi mundo cada día... :)