Tuesday, May 13, 2008

Comunicación no verbal

Días atrás mantenía una conversación con Vanessa en la que me explicaba como, cuando se estaba leyendo uno de estos libros de comunicación no verbal, se fijaba en los gestos y las posturas de los que viajaban en el tren con ella. Yo le dije que eso siempre me había parecido una chorrada, a lo que me respondió con una pregunta (¿tu crees?), y le respondí que en realidad no.

En realidad no era una respuesta demasiado corta para un tema tan interesante, así que eso ha motivado que escriba este post.

De hecho creo totalmente en la comunicación no verbal. Me parece incluso evidente que hay mucha información que expresamos de formas distintas a la oral. Los románticos sabían mucho de eso: no todo se ciñe a la posible racionalidad de una conversación. Una mirada o un gesto también transmiten información.

El tema me parece muy interesante. Como algunos de mis lectores sabrán, me entusiasma la inteligencia artificial, y en particular la lingüística computacional y el procesamiento del lenguaje natural. Que exista comunicación más allá del lenguaje no es un campo de estudio limitado a psicólogos o escritores de libros de negocios. De hecho hay un campo de la lingüística que estudia precisamente eso: la pragmática estudia la habilidad de interlocutores en lenguaje natural para comunicarse más de lo que se dicen estrictamente.

Así que no, la comunicación no verbal no me parece ninguna chorrada. Me doy cuenta de que en lo que no creo son los libros de negocios (o de autoayuda, o de ensayo sobre temas demasiado cuotidianos). Yo también he leído acerca de cómo alguien que cruza los brazos o las piernas significa que es poco receptivo, o de cómo influye la distancia del interlocutor, o que alguien se toque las manos, o que, si es una mujer, se toque el pelo mientras habla. Es en esas interpretaciones simplistas en las que no creo. Por ventura o por desgracia (normalmente acostumbro a pensar que por desgracia) tengo un carácter muy observador. Me suelo fijar en una gran cantidad de detalles del mundo que me rodea; no detalles insignificantes -nada de recordar las matrículas de los coches ni nada por el estilo-, sinó detalles acerca de las cosas que me importan. Un poco me recuerda al protagonista de The Curious Incident of the Dog in the Night-Time, de Mark Haddon. Bien, a lo que iba. Yo también me fijo en el lenguaje no verbal de la gente. La mayoría de las veces no se puede interpretar con facilidad. Es más, la comunicación no verbal se presta a la malinterpretación, especialmente si se siguen escritos que generalizan situaciones que suelen ser de extrema complejidad.

Otro problema que tiene conocer acerca de la comunicación no verbal, es que luego resulta más difícil ser espontáneo con ella. Si yo sé que cruzar las piernas se interpreta como ser poco receptivo, ya no podré cruzarlas inconscientemente (¡aunque sea para estar más cómodo!). El movimiento será plenamente consciente, y por lo tanto invalida la interpretación que viene en los libros. Seguramente haya otra interpretación, pero no esa.

La comunicación no verbal es un tema tan apasionante que seguramente le dedicaré otro post en el futuro. Últimamente reconozco haber aprendido bastante acerca de este tema, y todavía sé que me queda mucho por aprender.

1 comment:

  1. Muy cierto lo que dices. Yo supongo que lo de los libros de autoayuda depende mucho del lector. Hay gente que realmente interioriza lo que lee. Yo lo he experimentado con algunos libros (no de autoayuda eso si jeje y muy pocos, todo sea dicho), que modifican mi estado mental y mi forma de actuar y percibir el mundo. Aish la mente, ese maravilloso ingenio que nos separa las orejas :P

    PS: Deberías venir a currar a mi startup ;)

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