Vivir sin IM

Estos días de vacaciones he tenido la oportunidad de desconectar un poco del día a día, en muchos casos prácticamente de forma literal.

Durante mis días en Escocia e Inglaterra he notado los beneficios de pasar unos días sin conexión a Internet. Me suele pasar cuando voy de viaje, aunque esta vez menos. Por un lado es a causa del iPhone, que hace que el acceso a la red sea muy cómodo desde cualquier sitio; por otro lado, la cada vez mayor dependencia de la red (incluyendo el mono de leer los feeds del Google Reader o de twittear); finalmente, la disponibilidad de HotSpots gratuítos en cada vez más lugares (por lo menos en el Reino Unido).

Lo que sí que he notado fuertemente como un elemento de desconexión es la no presencia en las principales redes de mensajería instantánea (Skype, MSN, AIM, Facebook, GTalk). No me he conectado a esas redes desde el iPhone, y, cuando he vuelto del viaje, no he abierto las aplicaciones de Skype ni Adium en ningún momento.

Medio en broma, siempre critico a Jordi por no estar al tanto de los mensajes de su Skype en el día a día. Pero lo cierto es que al cabo del día la mensajería instantánea resulta muy intrusiva. Aunque facilita mucho la comunicación, también facilita la interrupción. Es más fácil concentrarse sin distracciones contínuas en la pantalla.

Desde luego que no descubro nada nuevo y que lo que digo es bastante obvio (incluso hay algún paper del tema). Pero experimentarlo ha sido el factor definitivo para plantearme reducir el uso de los sistemas de mensajería instantánea a la vuelta de vacaciones; o, por lo menos, saber encontrar el momento para desconectar conscientemente de esas redes.