Saturday, April 28, 2007

Autoconservació

De vegades em fa la sensació que si ignorés el món que m'envolta, si m'estigués quiet, sense fer res, sense interactuar amb l'exterior, viuria per sempre. Podria estar durant un temps indefinit reduït a la mínima expressió de la vida, simplement duent a terme l'única acció que no podem evitar sense renunciar a la nostra existència: existir. Deixo per un altre post la discussió sobre si els ens inexistents, si és que tal cosa existeix, poden dur a terme accions.

Sembla clar que això no és així, pensarà el lector. En primer lloc, perquè la vida tal com la coneixem no és eterna; en segon lloc, perquè inclús no essent eterna, necessita un cert manteniment perquè es dilati en el temps, com ara la ingesta d'aliments.

En sóc conscient. En aquesta visió tan subjectiva, és el món exterior que acaba amb la vida d'hom. La vida no té una durada determinada, no és un fenomen que depengui del temps sinó que és un recurs que s'esgota a mida que es fa servir, sigui en benefici propi o per exposició a l'exterior.

Reconec que és una posició certament nihilista i possiblement fatalista; no obstant això és fins a cert punt gratificant pensar que no hi ha cap necessitat a donar sentit i significat a allò que no en té.

Sunday, April 22, 2007

Belleza

Cuando Antena 3 TV estrenó el programa Cambio Radical, que vi parcialmente en su primera entrega, ya estuve tentado de escribir un post al respecto, aunque reconozco que Sergio Gago se me adelantó.

El programa consiste en someter a operaciones de cirugía estética a los participantes que han mostrado su interés por dicho programa, y que han sido seleccionados de entre todos los candidatos.

El primer programa, que no pude ver en su totalidad, ya me pareció una auténtica aberración. En ese programa se hacía el seguimiento a dos mujeres que, según ellas, no eran guapas, que estaban descontentas con sus vidas y necesitaban un cambio de imagen.

Cuando alguien decide que debe cambiar su imagen mediante este tipo de intervenciones, se supone que tiene motivos de peso que justifiquen un cambio -y, por qué no decirlo, también riesgo- de esa magnitud. Me sorprendió muchísimo que ambas mujeres justificaban su voluntad de cambio porque creían que su aspecto previo a la operación era un obstáculo para las relaciones con sus respectivas parejas.

Es curioso, porque hubiera llegado a entender la situación de las participantes si no hubieran tenido pareja y su justificación hubiera sido que la única opción para conseguirla era someterse a una operación quirúrgica, dado el nivel de materialismo y desfachatez del público masculino. Naturalmente es una justificación con la que tampoco habría estado de acuerdo, pero supongo que tendría parte de razón.

Lo que me sorprende es que a ambas mujeres les asuste la relación con sus parejas por temas puramente estéticos. Me hace pensar en relaciones completamente vacías, que no nacieron por nada más que por un sentido estético de la apreciación del otro. Me da vergüenza ajena que los maridos-novios-loquesea de estas mujeres salieran por televisión entusiasmados por todo el proceso. Uno de ellos dijo que con la cara de su novia previa a la intervención, no podía sacarla a cenar; sin embargo esperaba que después de los retoques del cirujano ya podría hacerlo.

En ese momento apagué el televisor. No daba crédito a lo que acababa de ver. Una cosa es estar expuesto a programas televisivos de bajo nivel intelectual, y otra muy distinta ver a gente aplaudiendo a energúmenos de tal calibre, que no merecen más respeto que el que ellos muestran para con los suyos.

No estaba seguro de si ese programa iba a aparecer en televisión más veces, o si simplemente era cosa de un día. Como era de esperar, la cosa va para largo. Recientemente cacé un anuncio del propio programa en Antena 3. ¿El eslógan? Sé diferente. Es el colmo de todos los colmos: la diferencia no está en las particularidades de cada uno, aquellas que nos hacen más guapos o menos guapos según el cánon de belleza establecido. Ser diferente es ser uno más.

Estaba a punto de escribir que este programa de televisión me pone enfermo, pero me doy cuenta que en realidad lo que me pone enfermo es esta mentalidad hipócrita, falsa, de falta de respeto y aprecio a las personas, de mercantilización del cuerpo humano, de renuncia a la aceptación de aquellas cualidades no visibles de los seres humanos, de decadencia de valores.

Particularmente me alegro de no ser audiencia de ese programa de televisión. Me alegro de tener un concepto propio de belleza, que no tiene por qué coincidir con el que dicta la televisión. Suele decirse que esta es la justificación que hacen los feos de su propia fealdad. Quizá lo sea. Yo mismo me reconozco alejado de esa ambicionada linea que separa los que merecen estar en esta sociedad de los que no, los que deben tener la capacidad de decidir y los que deben limitarse a aspirar a ser diferentes de ellos mismos, iguales a los demás.

A pesar de todo sigo conservando una brizna de confianza en la sociedad. De entre seis mil millones de individuos que habitamos esta triste roca a la que llamamos Tierra, alguno debe haber con capacidad de razonar de forma independiente. Telespectador de otra cadena, imagino.

Wednesday, April 18, 2007

London auf Deutsch

When a man is tired of London, he is tired of life; for there is in London all that life can afford.

It is still a surprise to me how London manages to teach me something new each time I visit the city. I do not even want to talk about visiting London; instead we seem to have reached a status where we live in symbiosis with each other. There are always new places to visit, interesting people to meet and a heightened sense of belonging to a city that is always willing to receive the visitor with a smile on its face and making them feel at home.

My last trip to London was not an exception from that point of view. I managed to see and feel things I had never experienced before -spring in London among others; I had never felt so comfortable in a foreign city.

Narrating the story of these last days in London is something that cannot be done without talking about the unavoidable paths where our fate leads us. Some years ago, I could never have imagined I would have flown to London for the fifth time in two years. And some days ago, I would never had said I would end up speaking in german in the very heart of London.

Meeting Maika definitely was an enriching experience. On Friday I left that house in the far northeast of London with the impression of having met someone with an engaging personality. Never would I have been able to predict we would be meeting on Sunday again. Talking in german with her in the streets of the most British city of all made me feel more at home than ever. Within just a few hours' time she inadvertently helped me break some of the myths I held for true; she made my self-esteem soar to levels where happiness seemed more reachable (see my post on self-esteem and happiness); and, most importantly, she gifted me with a bright, unforgettable smile in our last farewell.

Really, I would be a fool if I ever got tired of London. It is like a good film, which you can watch several times and from which you experience and learn new things each time, never getting bored. I look forward to travel back to London soon.

Tuesday, April 10, 2007

Almost as if I had to ask for forgiveness

There are times when one would like to become as insignificant as a water drop in the ocean, as forgettable as tears in rain. The subtle, thin thread that connects us with reality, with our environment, suddenly breaks apart. We are then out of phase, living in a completely different world in which things and people do not react as expected. Maybe we are to blame for everyone else's problems; maybe our displacement is annoying to others. In any case we are temporarily misfit.

It is in those particular times when I almost feel as if I had to ask for forgiveness for the mere fact of existing. Sometimes things are bound to follow a particular course of events, and that leads to mental cul-de-sac situations when no other action than waiting is possible.

Someone once told me nobody wants to die. While arguable, I cannot avoid rephrasing the idea: is there people who do not want to live anymore? What happens to people whose lives never lived up to their expectations?

Maybe I should be writing about perfectionist ideas instead. I'll leave that for another post.